La Red Velvet es una de las tartas más bonitas de la pastelería americana, uno de esos postres que te enamoran al verlos. Se compone de dos capas de húmedo bizcocho con notas de chocolate cubierto de un glaseado de queso dulce y cremoso.
¿A qué se debe su nombre?
Si ya la habéis visto alguna vez sabréis que esta tarta recibe su nombre del característico color rojo intenso de su bizcocho y por su textura fina, suave y aterciopelada.
Origen incierto
Son varias las informaciones acerca del origen de esta tarta.
Algunos historiadores lo sitúan durante la Segunda Guerra Mundial cuando los alimentos estaban racionados y los panaderos usaban el jugo de remolacha hervida para mejorar el color de los pasteles.
Con el tiempo el extracto de remolacha fue sustituido por colorante convirtiendo el sutil tono rojo original por otro más profundo.
Otros estudios apuntan a los restaurantes y pastelerías de la cadena de centros comerciales canadiense Eaton’s como la promotora de esta receta exclusiva.
Durante la década de los años 40 y 50 los empleados de esta empresa canadiense juraban silencio acerca de la receta y muchos creían que el pastel era invención de Lady Eaton.
Y por último hay quien señala a la empresa de venta de colorantes Adams Extract Company (1888) ubicada en Texas como la responsable del auge de esta tarta ya que al llegar La Gran Depresión de 1929 en E.E.U.U las ventas de la empresa de John A. Adams cayeron en picado y se dedicó a empapelar todas las tiendas del medio oeste y parte del sur con carteles de la Adams Extract Company junto con una foto de la Red Velvet más roja que se haya visto y con cada compra regalaba una copia de la receta original de Betty Adams, su mujer.
Con el paso del tiempo la receta empezó a circular por todo el país y surgieron diversas variaciones.
Existe incluso una leyenda urbana que data de los años 50 con el Hotel Waldorf Astoria como escenario. Una mujer de la alta sociedad neoyorquina estaba en el hotel tomando esta tarta de postre después de cenar y quedó tan encantada que pidió al director del hotel la receta, cuando fue a pagar la factura se encontró con un cargo de, unos dicen que 100$, otros que 200$ y hay quien incluso sostiene que 400$ en concepto de la venta de la receta.
La dama enfadada envió una copia de la receta a todas sus amistades.
Pero….¿De qué está hecha realmente?
Son muchos los que sugieren que esta tarta es una variante del “Devil’s Food Cake”, un postre de origen sureño que vio la luz en 1902.
Y es que esta tarta no sólo es preciosa sino que su sabor nos vuelve locos, el bizcocho se hace con harina de trigo, azúcar blanco, cacao en polvo (la cantidad varía según la receta), sal, bicarbonato, polvo de hornear, huevos, aceite, vainilla, colorante comestible rojo, vinagre de vino blanco y suero de leche. Y para el glaseado se mezcla queso crema, mantequilla y azúcar glas.
Curiosidades
- Esta tarta apareció en la película “Magnolias de Acero” (1989), era la tarta del novio con forma de armadillo.
- Se consume en las celebraciones de la Independencia en Texas donde la comida de color rojo simboliza la sangre derramada durante la Guerra Civil.
- Este sabor alcanzó su pico de popularidad en 1996 de la mano del famoso establecimiento neoyorquino “Magnolia Bakery” que no es otro que la pastelería preferida por Carrie Bradshaw la protagonista de la serie “Sexo en Nueva York”.
- Debido a su color se come mucho en San Valentín y en Navidad.
- El sabor Red Velvet se ha extendido a pancakes, muffins, cupcakes y cookies.
Después de leer esto entenderéis un poco más por qué la Red Velvet Cake es una de las tartas más icónicas de la repostería americana, y es que no es casual que nos sintamos inmediatamente atraídos por ella, su color rojo hace que se distinga rápidamente de entre las demás, atrapa nuestra atención y provoca una reacción automática en nosotros, atracción, deseo, alegría, pasión.
El sabor no decepciona: dulce, difícil de identificar por su sutil sabor a cacao. Su tacto es suave, húmedo y aterciopelado.
Nuestra Red Velvet además es naked, un regalo para los sentidos, adornada con suspiros de glaseado y frambuesas en fondant rojo.