Uno de los principales pilares de Tartia es la sostenibilidad: gestionar los recursos para satisfacer las necesidades sin causar daño al medio ambiente.
Cuando comenzamos esta empresa teníamos muy claro cuáles eran nuestros valores y qué no estábamos dispuestos a sacrificar, no fue fácil, pero no lo habríamos aceptado de otra manera.
La naturaleza no es una fuente inagotable de recursos y por eso debemos protegerla y diseñar productos que no generen residuos o se reutilicen o reciclen.
¿Qué es el movimiento Zero Waste del que tanto oímos hablar?
Este movimiento consiste en evitar la generación de residuos llegando al utópico cero desperdicios, se basa en la regla de las 5R: Reducir, Reparar, Recuperar, Reutilizar y Reciclar.
Desgraciadamente el uso del plástico está totalmente normalizado, las bolsas de la compra, las botellas de agua, los envases de alimentos…toneladas de basura no biodegradable que fabricamos para ser desechada a los pocos minutos de su uso. 8 millones de toneladas de residuos que suele acabar en los mares.
El 70% de los plásticos que contaminan nuestro planeta son de un solo uso.
La solución reside en nosotros.
Entonces, ¿qué usamos?
Esa fue nuestra dificultad. ¿Cómo encontrar un embalaje que fuera al mismo tiempo bonito, resistente y biodegradable?
Después de varias ensayos prueba-error dimos con una calidad de cartón reciclado adecuada para transportar nuestras tartas, lo suficientemente resistente para poder transportar nuestros pasteles sin que sufran por el camino y que además dejan la menor huella ambiental posible al ser 100% biodegradables.
Cada tonelada de cartón que se recicla ahorra 140 l de petróleo, 50.000 l de agua y 900 k de CO2.
El cartón corrugado reciclado es ideal para nuestros envíos y nos encanta ese color natural, rústico y poco uniforme.
Estas cajas las cerramos a mano y usamos una cuerda de yute para que queden bien sujetas y el aspecto sea aún más delicado. En cada una destaca nuestra tarjeta rosa de Tartia colgando del nudo.
Reparto sostenible
Salvada la primera dificultad, el empaquetado, nos encontramos con el segundo problema a resolver. ¿Cómo llegar a vuestro domicilio de manera sostenible?
De nuevo optábamos por el camino más difícil. Lo más sencillo hubiera sido contratar un servicio de reparto en furgoneta, pero entonces ¿qué sentido tendría entregar nuestras tartas en cajas bio? No fue tarea fácil porque nuestro producto al ser frágil no podía ir a la espalda de un rider. Necesitábamos reparto no contaminante pero seguro para nuestras tartas.
Entonces encontramos una gran empresa con la que compartíamos valores, su flota de vehículos eco-eficientes dotada de bicicletas con carga birrueda y un gran maletero permitían el transporte zero emisiones y con la seguridad de que nuestros postres llegarían en buen estado.
Y así es como hacemos llegar nuestras tartas hasta vuestros hogares. Tartas hechas a mano con amor con los mejores productos de cercanía y sin crear excedentes.
Ponemos nuestro granito de arena para cuidar el planeta porque cada pequeño gesto cuenta.
