Merendar es uno de esos placeres que parece que tienes que abandonar cuando llegas a la edad adulta, como reírte a carcajadas sin mesura, ir descalzo por la casa o comer caramelos.
¿Por qué dejamos de merendar al hacernos mayores?
Dar de merendar a los niños no es una de esas manías de madre como querer que nuestros hijos lleven el par de calcetines conjuntados: realizar cinco comidas al día es bueno para la digestión y además agiliza el metabolismo.
Organizar una merienda adulta tiene muchas ventajas:
- Una hora perfecta: quedar a las 5 de la tarde con amigos te deja toda la tarde libre para charlar, jugar a un juego de mesa y divertirte. ¡La merienda-cena es un invento maravilloso y te evitará cocinar más tarde!
- ¿Niños? ¡Pueden jugar mientras meriendan los mayores! Además de compartir la merienda, los niños pueden jugar mientras estás de tertulia
- ¿Quedar con amigas para hablar?: En casa siempre mejor, más intimidad y menos ruidos e interrupciones
- ¿Y una merienda al aire libre? ¡Reivindicamos el picnic!
- La merienda es un momento único para compartir con la gente que quieres
Y entonces ¿por qué dejamos de hacerlo?
un café para merendar con los amigos ¿podría ser mejor? ¡Prueba con un trozo de tarta!
Recuperando el hábito de merendar
Porque merendar significa parar y no nos lo permitimos. El día es una carrera que sólo acaba cuando nos sentamos en el sofá por la noche.
En Tartia apostamos por reducir la marcha, alejar el estrés y disfrutar más de la vida. Creemos que el cambio es posible si nos lo proponemos, vivir de una manera más consciente, detenerse, bajar el ritmo y disfrutar de las cosas cotidianas.
El movimiento slowlife que surgió en los años 80 como respuesta a la invasión de los establecimientos de comida rápida por toda Europa y se extendió a los demás ámbitos de nuestra vida vuelve a cobrar sentido hoy más que nunca cuando nuestra mente está una media de 16 horas trabajando a un ritmo frenético para alcanzar toda la innumerable serie de objetivos diarios que nos hemos impuesto.
Por eso reivindicamos la merienda, una dulce pausa que nos ayude a romper con la locura y la monotonía de la semana.
¿Qué merendar?
Si os preguntamos por vuestras mejores meriendas de cuando erais pequeños probablemente muchos recordéis esos bocadillos de tableta de chocolate en pan de barra, y es que una merienda dulce es un verdadero premio, y nos lo merecemos.
También nos vienen a la cabeza las meriendas familiares con la casa de los abuelos llena de primos y tíos y siempre la misma tarta: la reservada para estas ocasiones, para algunos será una tarta de manzana de alguna repostería que ya no existe o esa tarta de trufa con una pequeña lámina ovalada de chocolate en el centro por la que nos pegábamos todos.
Queremos estar ahí, en vuestras meriendas, formando parte de vuestras tradiciones y creando recuerdos imborrables que quedarán en la mente de aquellos con quien compartís esos momentos.
Queremos ser la Fudge Cake por la que se regaña a los niños al meter el dedo, la NY Cheesecake que convierte la mesa en una pista de baile de arándanos y frambuesas, la Red Velvet por la que todos querrán que sea su cumpleaños para llevarse la parte con frambuesa de chocolate encima, la Carrot Cake sobre la que se lanzan todos a robar zanahorias de chocolate antes de que se acaben.
Disfrutemos de nuestro tiempo, no dejemos que la vida pase por delante sin darnos cuenta. ¡Pide tu tarta online y triunfa en tu siguiente merienda!
