¿Cual es el origen de las tartas?
Los primeros documentos de los que tenemos constancia se remontan a los egipcios, quienes hacían un tipo de pastel que hoy llamaríamos pie al ser una tartaleta recubierta de masa y rellena de carne.
Los romanos adoptaron esta costumbre con el fin de conservar la carne por más tiempo e incluyeron nuevos ingredientes y sabores a la receta.
Estas tartas se fueron extendiendo por toda Europa y en el siglo XVI comenzaron a transformarse poco a poco de saladas a dulces.
Este momento coincidió con la llegada de los colonizadores ingleses al continente americano y allí gracias al florecimiento de la industria azucarera en el sur de Estados Unidos se empezaron a hornear las primeras tartas americanas que hoy siguen volviéndonos locos.
Al principio no todo el mundo podía disponer de azúcar refinada debido a su alto precio, era todo un lujo, y no fue hasta el siglo XVIII cuando se convirtió en un producto más asequible y las familias pudieron añadirla a todo tipo de postres para hacerlos más dulces.
Así fue como la repostería americana creada por los ingleses empezó a componer su propio camino: grandes y jugosos bizcochos con rellenos cremosos y se alejó de la tradición repostera inglesa que al otro lado del Atlántico continuó perfeccionando los pies o tartaletas.
Tanto si eres de los que disfrutan de una jugosa tarta de tres pisos con su húmedo bizcocho y su cremoso relleno como si eres de los que se pierden por morder la crujiente base de una tartaleta en Tartia tenemos lo que buscas.